the Hope of Survivors the Hope of Survivors

Un Súplica a las Iglesias

"Mientras que él declaro guardar la ley de Dios, él  trabajaba de una manera  insensible, violando sus preceptos. Él se ha  satisfecho del placer sensual. Él se ha vuelto a la maldad. ¿Cuál será los salarios de tal hombre? La indignación y la ira de Dios lo castigarán por el pecado. La venganza de Dios será despertada contra todo las pasiones lujuriosas que  ha encubierto debajo de su manto ministerial. Mientras que profesaba ser pastor de rebaño, él conducía el rebaño a la ruina. Estos  terribles resultados son los frutos de la mente carnal, que "está en enemistad contra Dios: él no está conforme a la ley del Dios, verdaderamente ninguno puede ser." 

Un predicador puede tratar  cosas sagradas, santas, pero no ser santo en su corazón. Él puede prestarse a realizar el trabajo y la maldad de Satán y corromper  las almas y  los cuerpos de su rebaño.

Si un ministro del evangelio no controla sus pasiones más despreciables, si él falla en seguir el ejemplo del apóstol y  deshonra su profesión y la fe hasta la complacencia del pecado, nuestras hermanas que profesan la piedad de Dios no deben ni por un instante halagar a sí mismo este pecado o  por lo menos el crimen abundante de  pecado  porque su ministro se atrevió a entrar en ello. El hecho es que estos  hombres que están en un posición de responsabilidad se muestran así mismos familiarizados con el pecado no tienen que disminuir la culpa y la enormidad del pecado en las mentes de cualquiera. El pecado debe aparecer como pecador, como aborrecible, como hasta ahora había sido considerado; y las mentes puras y elevadas deben aborrecer y  evitar él que consiente en el pecado, como ellos huirían de una serpiente cuya picada fuera mortal.

…Cuando un hombre profesa mantener la santa ley de Dios, y  ministrando asuntos sagrados, toma ventaja de la confianza de su posición  y busca satisfacer sus pasiones aunque su profesión glorificar el cielo, tiene una propuesta impura  y proviene de el que es Satanás que se disfraza como ángel de luz.” ---Testimonios para la Iglesia, Volumen 2, Cap. 59, pages 454-457.